Para impulsar tu negocio y que éste sea exitoso, es recomendable que realices una planificación constante del uso de tus recursos, analizar su salud financiera e identificar qué problemas podrían afectarla a futuro.

Si quieres medir la salud financiera de tu empresa, lo más acertado sería realizar un flujo de caja proyectado donde te permita visualizar cómo se comportará el movimiento del efectivo en la empresa y si es necesario realizar inyecciones que permitan mantener la operatividad de la empresa o si es necesario realizar nuevas inversiones si se cuenta con un excedente de liquidez.

En el flujo de caja proyectado debes considerar todos los factores que pienses cambiar a corto plazo o que puedan variar en el futuro, ya sea aumento de personal, de la producción, venta de nuevos productos, modificaciones de la infraestructura, entre otros, dependiendo del periodo en el que proyectes tu flujo.

Para que puedas apreciar resultados acertados, debes ser realista frente a las cifras que vas a proyectar y, si es posible, llegar a los resultados en el periodo que estás considerando. Igualmente, existe la posibilidad de realizar varias proyecciones del flujo de caja donde presentes diferentes escenarios: el que creas más probable, uno pesimista y otro optimista.

Recuerda que proyectar el flujo de caja ampliará tu visión del negocio, pues sabrás si se están implementando buenas estrategias o si necesitan ser modificadas para alcanzar sus objetivos.

Siempre ten en cuenta que los costos fijos son los pagos más importantes para la operatividad de tu negocio y que de no tener una buena organización o sacar malas cuentas se puede ver afectada. A veces, el mal uso de los recursos —tanto económicos como de producción— son la razón principal para que una empresa quiebre o que un proyecto no cumpla sus expectativas.

Recuerda, el flujo de caja proyectado te ofrece la oportunidad de conocer tu negocio, manejar adecuadamente sus ingresos y advertir situaciones de peligro para la solvencia del mismo.